martes, 15 de enero de 2008

1. La Princesa En Desgracia.

Parte V.

Al día siguiente, el séptimo dentro del plazo dado por el Rey, los jóvenes galopan apresurados, deteniéndose sólo a descansar los caballos, rumbo al Feudo Real. Terribles dudas carcomían los pensamientos del caballero: ¿Aún mantiene, el Rey, el plazo de los siete días sin extensión? Si fuese así, ¿el Consejero Real, aquel que le encomendó la misión, le mintió con respecto a los días extraordinarios para lograr su cometido? Pero es un delito dudar de una persona tan noble, tan cercana a la Realeza. ¿Pudo haber acontecido que alguna desgracia le ocurriese antes de pedir la extensión del plazo? ¿Puede ser que alguien tenga las perversas intenciones de evitar que la princesa llegue a tiempo, con el fin de comenzar la guerra predicha y, peor aún, lograr despertar al Señor de las Tinieblas, Darklord, para dar comienzo a la Era del Fin de las Razas? Aquel perverso personaje manipulador debiere tener influencias entre los nobles. Galope tras galope el joven se iba dando cuenta que, si así fuese, en el Feudo Real lo esperaría una fortuna fatal e irrevocable.

La hermosa princesa había encontrado en el joven, más que un bienhechor, un enamorado, alguien con quien compartía un profundo y dulce amor, no obstante, ella sabía que su vida estaba arreglada y comprometida con la nobleza. Este pesar la desanimaba y decaída su espíritu, mas todo se disipaba cada vez que su caballero le miraba enamorado, lleno de vigor. La doncella cerraba sus ojos, se prendía fuerte de su amado y trataba de pensar solamente en los momentos que pasaron juntos, con sus almas danzando felices al compás de la noche estrellada, bajo el manto infinito del cielo teñido gris.

En las cercanías del Feudo Real, los jóvenes pueden apreciar como el ejército del Reino se preparaba para una posible guerra, por lo que apresuraron el paso hacia el castillo. El corazón del joven se angustia y su mano toma con fuerza la mano de la princesa, la que responde con una dulce caricia.

Una vez dentro del recinto Real, los Paladines aprehenden al joven caballero, lo desarman y lo llevan a encarcelar mientras, desesperada y con el alma en un hilo, la princesa apela a la inocencia de su amado. Mas el Rey, con una actitud severa y firme, la llama a que se aproxime a su lado. Mientras el padre conversa con su retornada hija, el joven es encarcelado para su pronta ejecución.

Ante la sorpresa del recién internado, los seis leales, que lo acompañaron en su travesía, junto al resto de la tripulación de “La Última Lágrima”, a excepción de las guerreras Valkirias, yacían en celdas contiguas, esperando el mismo fin. Mas el corazón del joven se colma de indignación, desconcierto e ira al escucharlos gritar a vivas voces: “¡Aquél es el personaje que planeó la captura de la princesa, nosotros sólo fuimos vasallos a su completo servicio!” En vano fueron sus intentos de desmentir aquellas atrocidades, ellos estaban en conocimiento de que serían ejecutados, aún así proseguirían con la patraña hasta la muerte, parecían poseídos por demonios. Nada se podía hacer, sólo esperar su muerte junto a aquellos que lo habían traicionado. Se resignó a seguir gritando y se sentó en el suelo… su mente viajó hasta el recuerdo de su amada.

Había cumplido su destino, logró lo que ninguno, venció a un temible dragón en la soledad de una fortaleza abandonada, rescató a la hermosa princesa, la devolvió sana y salva antes de que se diera inicio a una terrible guerra, encontró el amor en los brazos de la mujer más bella del reino. “¿Qué más se puede pedir?”, sonrió. Si tenía que morir, lo haría con orgullo.

A la mañana siguiente, todos los condenados son llevados a la horca, la princesa observa decepcionada al joven y se retira al no poder soportar ver la ejecución de su amado, acusado de traicionar al Rey. El corazón del caballero se destroza en mil pedazos, mientras los espectadores le escupen la cara y le lanzan verduras podridas o excremento de animales. Sólo le quedaba esperar su fin inmanente.

En un momento, el Consejero Real que lo había encomendado se aparece junto a los jueces allí presentes, el joven lo ve y lo llama a aclarar su errónea condena, mas éste lo niega, escupiéndolo también. En ese instante, todo el drama se le aclaró repentinamente. Aquél era el personaje perverso, con las influencias necesarias para llevar a cabo tan maligno plan. “Debe tener un pacto con Darklord” Él planeó la captura de la princesa para armar el conflicto entre los dos reinados más poderosos de las tierras habitadas por el hombre. A él se le encomendó recuperar a la hija del Rey, por ser el más cercano a la Familia Real. Los leales le juraron lealtad, por lo que son capaces hasta de morir por su causa. Éstos últimos se encargaron de llevar a los guerreros que salvarían a la princesa lejos de su cometido, hacia el Tercer Continente. La intrusión de los Tritones los desvió del malévolo plan, acercándolos más a la damisela en desgracia y el sueño del caballero reveló su verdadero paradero. Al no poder detener al joven, lo utilizaron como chivo expiatorio, ocultando así todo el cometido.

“Si sigue con vida el verdadero traidor, mi amada, junto al reino entero, corren peligro” Con su último esfuerzo, el joven y heroico caballero se libera de sus ataduras. Los Paladines se apresuran a reducirlo, mas él logra zafarse. Con su habilidad y experiencia con las armas consigue quitarles una espada a los grandiosos Paladines, los guerreros más poderosos del Reino. Se precipita hacia el traidor, blandiendo el arma con agilidad y empuñándola con firmeza atraviesa el oscuro corazón de aquél endemoniado, dándole término a su patética vida, a sus temores y a su irrevocable destino.

Después de cumplido su objetivo, el héroe no reconocido como tal, arroja el arma, cierra los ojos y se prepara para su designación final। Una lanza vuela silenciosa a través de la suave brisa, aquella que le recordaba las delicadas caricias de su amada, atravesando el valiente, afable y puro corazón de un joven caballero que luchó contra las adversidades más terribles, logró un cometido que superaba a cualquier hombre en los cinco continentes y dio hasta el último aliento por sus convicciones. Aquella lanza puso fin a la llama de un caballero que dio su vida por proteger a su amada y querida princesa en desgracia.



काबल्लेरो दे लूज़

1 comentario:

Forestines dijo...

A grandes rasgos, la historia está bastante buena, sin embargo, creo que podrían perfeccionarse algunas cosas... En el caso del personaje maligno de la historia, me pareceria prudente buscarle un nombre diferente a DarkLord; Sería bueno, asimismo, incluir un poco más en la historia a los primeros participantes del torneo, o bien, no hablar tanto de ellos, pues se crea una sensación de vacío.
Espero sirva de algo y ojalá la historia no termine ahí, pues quedan muchos cabos sueltos.

Muchos saludos! =)

Ana